El compromiso es el motor indispensable para fraguar los sueños, aunque no siempre podamos hacerlos realidad. Y tú David, has sido todo un ejemplo.
Gracias por tu implicación incondicional; gracias por dar lo mejor en todo momento; gracias por hacer equipo, y creer en el; pero sobre todo, gracias por poner el corazón en cada palada.
Bat, bi hiru... Hibaika!